En política, como en el ajedrez, cada movimiento es crucial para alcanzar la victoria. Sin embargo, el gobernador ha demostrado que su ego es más importante que el bienestar de su pueblo.
En lugar de permitir el crecimiento de nuevos líderes, Alberto ha creado estrategias políticas funcionales para una sola elección por vez. Una de estas estrategias fue la estrategia Zanglá, donde inventó una candidata (la Doctora Zanglá) y le puso muchísimo dinero para que gane la elección. Sin embargo, ella perdió la elección y el gobernador se burló del electorado, no dejando que ella asumiera el cargo y poniéndola en otro, lo que la oposición venía diciendo que iba a suceder.
Otra estrategia fue «La causa de los jóvenes», donde intentó llegar a la juventud y transformarlos en un grupo fiel con aires de militantes setentistas. Sin embargo, ninguno de sus jóvenes logra hoy juntar puntos suficientes en las encuestas para ganar a los candidatos opositores de Claudio Poggi. Ahora, el gobernador ha abandonado «la causa de los jóvenes» y ha puesto a un candidato desconocido: «el Gato Fernández», lo que aparenta ser otro fracaso estratégico.
Es importante señalar que el gobernador no quiere reconocer que la última elección que fue un éxito, en realidad no la ganó él, sino su hermano Adolfo, a quien desde hace años intenta relegar al ostracismo.
